jueves, 14 de octubre de 2010

LA HISTORIA DE MARCIA

La historia de Marcia comienza un día seis de diciembre de dos mil seis, cuando voy al súper que se encuentra por donde vivo, ese día iba con mi hermana pero para cortar camino y como por esa área geográfica antes existió un arroyo, decidimos de regreso a casa caminar por dicho arroyo pues hacía mas cerca la trayectoria mi casa, cuando ya nos habíamos dispuesto a entrar a caminar por este lugar escuche el llanto de un perrito, así que decidí ir a ver donde se encontraba, pues quería verlo, desde luego mi hermana me advirtió que la mama del cachorro me iba a morder si estaba con el perro bebe, pero no fue así, pues encontramos una bolsa de plástico con perritos y el que estaba hasta encima lloraba mucho, esa era Marcia, cuando la vi, me dio mucho coraje el ver como puede existir personas con ese tipo de acciones, pero me dio mucha alegría el ver que esta perrita, luchaba y gritaba por su vida, y con su llanto pedía auxilio, por lo que la tome en mis manos, me percate desde luego que era recién nacida por su estado fisiológico, vi si existía algún otro perrito, con vida pero lamentablemente ellos ya estaban muertos, por lo que me lleve a Marcia a mi casa (cabe mencionar que no es la primera vez que me llevo algún animal que me encuentro a mi casa, pues desde pequeña lo hago).

Al llegar a mi casa, mi mama me dijo que pretendía hacer con un perrito recién nacido, que se iba a morir, primero por que era diciembre y hace mucho frio y segundo por que necesitaría de su mama para poder vivir, desde luego claro que era lógico, lo que se me expresaba en esos momentos, pero yo confié en su actitud de Marcia, en sus ganas de vivir, pues a diferencia de sus hermanos, que se dieron por vencidos, ella se empeño por gritar y llorar, tal vez en su pequeña vida perruna tenia fe que alguien la iba a rescatar, y es por eso que yo tuve fe en que ella iba a vivir.
Por lo que, lo primero que hice fue enrollarla con uno de mis suéteres, y darle leche con una tela a forma que pudiera mamar la tela como si fuera, su mamila, al otro día de la emoción de tener a mi perra bebe y de demostrarle a mis papas que si viviría, le compre sus toallitas, un cajón fungió como su cuna durante ese primer mes de edad, y una mamila de Tiger fue quien la alimento, no omito manifestar que fue una osadía cuidar a un perro bebe, pues como nunca estoy en casa, tuve que hacerle horarios específicos para que comiera, y en caso de que yo no pudiera estar, solicitar a mi mama o mi hermana que le dieran la mamila, obvio ellas si para nada se metían con la higiene de Marcia, pues es sabido que cuando los perros defecan su mama los limpia, pero mi perrita cuando defecaba en su cuna solo se cambiaba de lugar y cuando ya no había para donde cambiarse y llegaba en la noche a mi casa la encontraba a veces sucia jajaja pero bien alimentada, a esa hora llegaba a limpiarla a cambiarle su cobijita y a darle de comer, a abrazarla un ratito y a decirle que se portara bien pues yo era su mama adoptiva y sabia que iba a estar bien, en fin pasaron los días y a Marcia ya no le gustaba estar encerrada en su cuna y, para que no diera guerra, por que luego lloraba -(hago mención que dormía en mi cuarto)- derivado que ya había abierto los ojos, lo cual me causo asombro, pues los abrió antes de tiempo y parecía que estaba ciega, gracias a Dios no fue así, bueno le puse una muñeca, y puse su cunita de lado por si quería caminar, saliera a dar rondín en mi cuarto, pues no la sacaba a otro lugar por temor a que la pisara algún, miembro de la familia, en ese sentido el punto bueno ya no dio mas guerra, punto malo, tenía un tapete en mi cuarto, el cual termine tirando pues mi Marcia, no se cuantas veces lo defeco por todas partes y la verdad ya tantas lavadas jajaja pues ya no era lo mío, en fin Marcia cumplió un mes el seis de enero del siguiente año, y como ya podía caminar y ver, la saque al patio, con su cuna y su muñeca, le dije que ya era una perra grande y que debería cumplir con sus obligaciones, así que bien entendida se metió a su cuna y agarro a su muñeca, que por cierto por aquello de sus dientes se la termino a mordidas.

Ahora Marcia cumplirá cuatro años el seis de diciembre de este año, y me siento muy contenta, pues a resultado ser una perra muy inteligente, muy familiar, y excelente cuidadora.

La premisa dentro de este relato, es que si tienes mascotas cuídalas, independiente de la raza que sea, y si no quieren que se reproduzcan y evitar que tires perritos a la calle, llévalos al veterinario o aprovecha las campañas de esterilización, pero no comentas este tipo de actos, ellos también son seres vivos.

Abogada María García Luna.